Historia del Cine Sonoro

          1.  El nacimiento del cine sonoro

La primera innovación que permitió tener música y sonido de ambiente durante la proyección de una película sin necesidad de interpretarlos en vivo fue Photokinema, y llegó en 1921. Para hacerlo posible utilizaba un disco similar a los discos de vinilo en el que se grababa todo el contenido sonoro. En 1926, la Fox decidió seguir un camino diferente: grabar el sonido directamente en la película. De esta forma la sincronización entre las imágenes y el audio era más precisa y mucho más simple. Había nacido la tecnología Movietone, utilizada por primera vez en varios cortometrajes y en la película muda «El precio de la gloria». El mismo año en que nació Movietone llegó también Vitaphone, pero esta última tecnología volvió a recurrir, como lo había hecho Photokinema unos años antes, a los discos de vinilo como soporte de almacenamiento del sonido.



Las bandas sonoras en aquella época no incluían diálogos; tan solo música y efectos de sonido, lo que no impidió que «Don Juan», el primer largometraje que utilizó Vitaphone, tuviese un enorme éxito. La buena acogida que tuvo esta película por parte del público y la crítica animó a la Warner Bros. a apostar por esta tecnología de sonido en otro de sus largometrajes, «El cantor de jazz». 



2.  Los Primeros Pasos hacia el Estéreo

Durante la segunda mitad de la década de los años 20 y la década de los 30, todas las películas que se estrenaban tenían sonido, pero era mono (únicamente recogía información de un único canal de audio). Aunque ofrecían una experiencia más intensa que las antiguas películas mudas con música interpretada en vivo, algunos visionarios se dieron cuenta de que debían encontrar la forma de ofrecer a los espectadores un sonido de mayor calidad. Uno de ellos fue Walt Disney. Corría el año 1940 y el estreno de «Fantasía» estaba cerca, pero Disney quería que el sonido de su película tuviese la grandiosidad que merecía una banda sonora interpretada por la Orquesta de Filadelfia y encabezada por uno de los directores con más prestigio en aquel momento, Leopold Stokowski. De esa necesidad nació Fantasound, un sistema que permitió dotar de sonido estéreo a «Fantasía».



Hasta que en 1953 llegó CinemaScope. Aunque casi todos asociamos esta marca a películas antiguas con imágenes en formato panorámico, también estableció la utilización de cuatro canales de sonido: central, izquierdo, derecho y un canal para los efectos envolventes. Esta tecnología fue todo un hito en su época. Además, la forma en que almacenaba la información fue muy original en su momento: en bandas magnéticas. Al principio se distribuía en rollos de película independientes, pero al final acabó integrándose en la propia copia de la película.



La consagración definitiva del estéreo llegó de la mano de la tecnología Dolby Stereo, en 1975. Y fue posible debido a que esta innovación consiguió resolver con eficacia el problema más acuciante que tenían las productoras cinematográficas en ese momento: una enorme dificultad a la hora de integrar las pistas de sonido en el rollo de película. Su espacio estaba muy limitado, por lo que a los ingenieros de Dolby se les ocurrió codificar nada menos que cuatro canales de sonido (central, izquierdo, derecho y efectos traseros) en dos pistas que era posible leer mediante un sistema óptico, y no magnético. Eso sí, para recuperar la información de los cuatro canales era necesario utilizar un procesador de sonido diseñado para extraerlos de las dos pistas originales. En cualquier caso, no solo resolvieron el problema del espacio físico en los rollos de película; además, afianzaron la base del sonido multicanal.



3.  El Sonido Multicanal

La experiencia que acumularon los ingenieros de Dolby durante la puesta a punto de Dolby Stereo, por un lado, y de su tecnología de reducción del ruido, que permitía mejorar la calidad de sonido de las películas de 70 mm con pistas de audio magnéticas, por otro, fue decisiva para que en 1978 pudiesen lanzar Dolby Stereo de 70 mm. Esta innovación fue la primera que consiguió ofrecer sonido envolvente 5.1 tal y como lo conocemos hoy en día. Y, además, llegó por la puerta grande: junto a «Superman» y «Apocalypse Now». Como era de esperar, causó un enorme impacto en los espectadores de aquella época porque ofrecía una sensación de inmersión muy superior a la de las otras tecnologías que habían experimentado con el sonido envolvente.



De ahí nos vamos al año 1990, en el que llegó el sistema CDS (Cinema Digital Sound), desarrollado por Kodak y Optical Radiation Corporation. Su principal aportación fue conseguir codificar 5.1 canales utilizando tecnología digital, lo que le permitió ofrecer un menor nivel de ruido que las pistas analógicas incluidas hasta entonces en las bandas de las películas, a las que reemplazó. El problema era que, si se dañaba la información digital, el sonido de la película se iba al garete. Precisamente, esta pega provocó que solo un año más tarde llegase Dolby Digital, otra tecnología de codificación de sonido 5.1 digital diseñada para aprovechar mejor el espacio de los rollos de película, lo que permitía incluir una pista de sonido analógico de seguridad a la que se podía recurrir si había algún problema para recuperar la información digital, o bien si el cine en el que se iba a proyectar la película no tenía un equipo de sonido digital.



En 1993 llegaron de forma casi simultánea dos nuevas tecnologías de sonido: DTS y SDDS (Sony Dynamic Digital Sound). La primera permitía almacenar sonido multicanal digital, pero no en los rollos de película, sino en un soporte óptico (un CD-ROM) que era necesario sincronizar con las imágenes. Y la segunda, aunque permitía codificar los 5.1 canales que se solían utilizar en aquel momento, había sido diseñada para alcanzar nada menos que ocho canales de audio: cinco en la parte delantera, dos en los laterales y uno dedicado exclusivamente a los graves.


En 1999 Dolby introdujo su tecnología Digital Surround EX, que añadía a la configuración 5.1 del estándar Dolby Digital un canal trasero adicional que permitía mejorar aún más la inmersión de los espectadores en el espacio sonoro. La primera película que utilizó este sonido fue «La amenaza fantasma», el primer episodio de «La Guerra de las Galaxias».



Dolby introdujo en 2010 la tecnología Surround 7.1, que permite añadir dos canales independientes en la parte posterior de la sala a los principales y laterales que podemos encontrar en el sonido 5.1.


También en 2010, Galaxy Studios, en colaboración con el fabricante de proyectores profesionales Barco, presentó el sistema Auro 11.1. Su distribución es similar a la 5.1 que todos conocemos, pero añadiendo cinco canales adicionales en altura, que, en teoría, consiguen sumergir a los espectadores de una forma mucho más convincente en el sonido. Desde entonces poco a poco se ha ido haciendo un hueco en varias decenas de películas, pero su futuro no está claro, sobre todo si tenemos en cuenta que actualmente tiene que medirse con la tecnología que parece estarse imponiendo en muchas salas de cine: Dolby Atmos.


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